3.31.2008
Ecuador y la Visión de Anáhuac
Una frontera debería ser una invitación, decía Alfonso Reyes, quien en octubre del año pasado encarnó en un nuevo premio para que lo recibiera George Steiner. Una invitación a abrir el pensamiento a las limitaciones de la geografía y de la historia, del tiempo en últimas, que a veces nos separa. Todos deberíamos ser una sola sangre. Es inevitable notar cómo cuando se cierra la comunicación de la inteligencia también se cierran las fronteras físicas. La manera como viene atacando el gobierno ecuatoriano a Colombia es una evidente manifestación de lo que Reyes quería evitar, de la ignorancia de los gobernantes de Venezuela y Ecuador. La tradición de un pensamiento lúcido puede perderse en el ruido de la ideología marxista con tintes bolivarianos. El fanatismo le apunta a cuialquier cosa con tal de tener algo que hacer sin importar lo que dice.
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