La destorcida
La tragedia de América Latina con
la muerte de Chavez no se reduce a la tristeza que embarga a los seguidores,
que son muchos. Tampoco tomará forma en el eventual desorden que se desate una vez
fallezca, si no se logra consolidar una clara superioridad de alguna de las
vertientes de poder en pugna –Maduro,Cabello, Capriles, Antonio Ledezma -. La tragedia política, quiero decir, es el modelo político chavista roto intempestivamente por la enfermedad a la que se le atribuirá la responsabilidad y que incitará a muchos a continuar implementandolo aún cuando sólo deja problemas de gestión política y económica. Con la muerte de
Chavez todo podrá achacarse a la muerte misma que no le permitió terminar su
obra de gobierno cuando lo evidente es un
deterioro de la gobernabilidad del país y de la situación económica. Se acerca el
precipicio: Moises Naim ha resumido el comportamientos de las variables económicas de tal manera que cualquiera que sea el sucesor de Chavez tendrá que absolver de frente y pronto la pregunta "¿Por qué con Chavez se vivía mejor". Y allí está la auténtica tragedia: el fortalecimiento o renovación del mito para que un nuevo Chavez, (que era un nuevo Fidel) le devuelva "al pueblo" la ilusión quebrada pero no agotada de un modelo que no ofrece futuro. Venezuela cerró 2012 con una tasa de inflación de casi 20%, que es
la tasa más alta de América y la quinta del mundo: la inflación en alimentos fue
casi cinco puntos superior a la tasa de inflación general, a pesar de los controles de precios. Venezuela
produce 7% menos alimentos que cuatro años atrás. Y la producción de las empresas públicas
disminuyó casi 7% con respecto al año 2011. Los ingresos del país por venta de petroleo cayeron "mientras las importaciones totales del país han pasado de 13.000 millones de dólares en 2003 a más de 50.000 millones hoy". El
crecimiento del 2012 se basó fundamentalmente en la construcción realizada
con recursos públicos y en el aumento del consumo privado, en estrecha relación con
el aumento de las importaciones. En este escenario, la oposición jugará a “la espera”
de manera que la convocatoria a elecciones no se haga al calor del dolor de la
muerte del líder, para evitar que el factor emocional afecte el resultado. Por
eso exigen que sea Diosdado Cabello el que asuma el poder, pues este buscará
demorarse en él (o quedarse, si puede), antes de convocar a elecciones. Algunos ya han recordado como en Argentina “Cristina
subió 20 puntos en las encuestas después de la muerte de su marido”. Colombia
se verá afectada en cuanto desaparece un actor importante en el ajedrez que
juega este país para terminar las conversaciones tendientes a un acuerdo de
paz. La suerte de ellas se afectará por quien asuma finalmente el poder, y hay
indicios de que Santos prefiere a Maduro aunque la última noticia es que Santos
acudirá a la posesión si asiste Chavez Y Chavez, se acaba de decir, no
asistirá. Se calienta la situación.